TEMPOREROS, parte III

Los famosos temporeros del feudo continuaron varios años trabajando para aquellos malvados reyes, hasta que se acercó a las huertas un pregonero que así expusó su mensaje:

TU-TU-TUTUUUUUU

¡¡Atención, atención!! Todo aquel que lo desee y cumpla nuestros requisitos podrá acudir a trabajar a las huertas del reino vecino en mejores condiciones que aquí. Únicamente se os exigirán dos cosas:

-que paséis una pequeña prueba de velocidad en la recogida de uva

-y que todo el que opte por servir a mi señor, haya trabajado dos años antes en tareas recolectoras.

Los temporeros vieron en esas palabras una gran vía de escape, por lo que todo el que llevaba dos años sufriendo los latigazos de su actual monarca optaron por acudir a las pruebas.

Victoriosos salieron de las pruebas, pues lograron recoger las uvas necesarias en el tiempo fijado para ser admitido en aquel nuevo reino. Pero tenían que justificar ante el nuevo Rey que al menos dos años antes trabajaron en la recogida de vid, y pese a que eran hombres de palabra, era el malvado rey el que debía certificar tal hecho.

Los temporeros acudieron ante él pidiéndole un pequeño documento con el que probar su realidad. Pero lejos de facilitarles ese cambio de reino, les firmó un papel en el que simplemente ponía:

SI, TRABAJARON AQUÍ

Pero que papel era ese?

Faltaba añadir lo más importante, TRABAJARON AQUÍ POR DOS AÑOS!

Los temporeros acudieron ante el nuevo rey, el cual les confirmó que ese manuscrito estaba incompleto...

CONTINUARÁ-

pecoroides