
Había una vez un pequeño feudo con su castillo, con su rey, su reina y sus fieles y sumisos 20 siervos. Entre todos se encargaban de las faenas del hogar y del cultivo de la vid, principal fuente de ingresos de los monarcas. Año a año, el tamaño de los viñedos fue aumentando, por lo que descubrieron que no daban a basto para satisfacer tantas tareas, pincipalmente, para la recolección de la uva, por lo que los monarcas decidieron contratar unos cuantos temporeros
(pongamos un número al tumtum: 250 por ejemplo) para la recogida anual.
Los temporeros realizaron su trabajo sin rechistar durante algunos años, pero las diferencias de trato real entre ellos y los 20 siervos iniciales fue en aumento de recolecta a recolecta. Mientras los primeros gozaban de grandes ventajas, los pobres temporeros sufrían la incertidumbre de poder subsistir. Poco a poco y gracias a l
a ayuda de algunos pocos de los iniciales 20 siervos y a los tribunales populares de ent

onces
(que los había, yo digo que en este caso, los había), fueron obteniendo pequeñas mejoras en sus condiciones de trabajo. Tales mejoras trajeron grandes quebraderos de cabeza a los monarcas, lo que desencadenó una serie de hechos que tensó el ambiente de la recolección. Esta es su historia...
Mientras que día a día los 20 siervos eran felicitados por su trabajo, los temporeros sufrían mil críticas por su ineficacia, cosa que no entendían del todo, pues muchos de los 20 desentendían descaradamente sus labores ante la mirada de los temporeros.
Los temporeros empezaron a ser obligados a realizar funciones fuera de sus competencias. Habían sido contratados para recoger uvas, pero poco a poco, fueron incrementando sus labores a ordeñar las vacas del reino, a limpiar las cuadras e incluso, a dar la cara frente a quejas ciudadanas por la lentitud en la recogida de basura de las calles no pavimentadas... Algunos, incluso asumieron forzadamente funciones de mayor responsabilidad, como vigilar que el resto cumpliese, darles apoyo y algo de formación para no espach

urrar uvas innecesariamente, todo ello sin ver incrementado su salario. Nunca se quejaron. Mas tarde dieron estas funciones exclusivamente a los 20, pero como únicamente trabajaban en turno de mañana, adivinad quién ejercía esas funciones tras las 15,00... funciones que, curiosamente, si premiaban a los 20 por la mañana pero no pagaban a los temporeros que igualmente las desarrollaban por la tarde.
Los reyes eran muy clasistas la verdad. Algunos temporeros sufrían grandes castigos por romper de forma accidental las banastas porta-uvas mientras que otros no. Algunos temporeros eran amenazados de muerte por tener el "descaro" de enfermar con alta fiebre sin acudir al médico y por tan

to carecer de un justificante a sus palabras, mientras que los 20 jamás sufrieron tales agravios. Algunos temporeros carecían del favor de tener un botijo en su hectárea para distraer su agotamiento, mientras que otros si lo tenían. Los temporeros que llegaban desde lejos en sus viejos carros tenían que dejarlos a varias millas del reino por carecer de un lugar donde dejar repostar a sus caballos, mientras que los 20, si tenían estos "lujos". Los 20 podían pasar horas frente a su vid sin coger una sola uva, mientras que los temporeros eran latigados por pestañear... Y así miles de cosas: gritos del rey, espías de la reina entre los viñedos...
Los temporeros descubrieron que, tras acabar la época de recolección, seguían pendientes otras tareas que ellos bien sabían hacer; limpiar las cuadras, la atención de las quejas de la recogida de basura o la ordeñación de las vacas. Así se lo dijeron a los monarcas, pero ellos vieron innecesario contratarles, pues sus 20 sacarían el trabajo sin problemas. Pero algo debió fallar, porque los reyes encargaron este trabajito a una granja del lugar.
Algunos Temporeros decidieron empezar a trabajar en esta granja tras concluir la recogida de la uva en el reino. Era una manera diferente de seguir trabajando para el mismo rey pero con un mediador de por medio; la granja. Año tras año, así sacaron a sus familias adelante hasta que los reyes, por algún motivo, prohibieron a la granja contratar a ningún temporero
(ninguno, ninguno..? quizá alguno si logró colarse...).
Parecía absurdo q

ue teniendo sus propios temporeros, contratasen a una granja para hacer exactamente lo mismo. Sería un medio de quitarse problemas claro... o quizá odiaban a los temporeros por implicar a la justicia popular en sus legales fines.. Pero que tal sentaría al pueblo llano conocer aquella
EXTERNALIZACIÓN de funciones propias del reino, que para eso era entonces un reino?. A tal punto llegó la actuación de la granja que incluso llegaron a concurrir en el tiempo que también estaban los temporeros en su regida de uva, lo que me recuerda una gran metedura de pata de la reina. Os la contaré: Era costumbre que 10 de los temporeros se encargasen de separar las uvas mas pequeñas del resto para uso de los caprichos particulares de la reina. Cierto día apareció un carro entero con una mala selección de uvas, pues estaban mezcladas las pequeñas con las medianas.La reina montó en cólera y llamó a los 10 temporeros ante su presencia. Sin fingir amabilidad alguna, les acusó de ser los causantes de tal estropicio y mandó darles 100 latigazos. Afortunadamente antes se supo la verdad, pues en la granja se habían ampliado las funciones y también se encargaban de seleccionar las uvas pequeñas para la reina, y la mala selección se había realizado por los granjeros, no por los temporeros acusados. La reina se comió sus uvitas pero JAMÁS pidió perdón a los 10 temporeros por su error.
En fin, todos estos hechos y muchos mas que ahora no recuerdo hubiesen dado lugar a un jugoso informe de salud laboral, pero es una lástima que esos tiempos el absolutismo impidiese tales actuaciones. Afortunadamente hoy, en nuestro estado de derecho, estamos a salvo de estos abusos de poder...
5 comentarios:
y colorín colorado con champán hemos brindado... ¿Podremos alguna vez poner un final feliz a este cuento?
el final está claro, volver a los tiempos de la Revolución Francesa y cortarles la cabeza a los reyes, q no puede ser? pues partirles las piernas, abrirles en canal o algo así.
Al final los 250 se cargan a los 20 (salvo excepciones) y se alimentan de sus entrañas durante varios años...
Los reyes si, son guillotinados. El verdugo es un ex-20.
uf! buenísima tu historia. identificada que me siento! lo has clavado.
somos tantas las víctimas...
VENGANZA!
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